Uno de los principales retos que asumió el gobierno del presidente Juan Manuel Santos desde el primer periodo presidencial fue el de fortalecer la infraestructura vial del país, la cual presentaba un atraso significativo. Así grandes proyectos que incluían la construcción de cientos de kilómetros de vías de doble calzada, túneles, viaductos e infraestructura aeroportuaria empezaron a tomar forma liderados por el Ministerio de Transporte a través de sus entidades adscritas.
El campo colombiano no podía ser ajeno a esta revolución, y por lo ello el Gobierno se propuso integrar las zonas rurales con las cabeceras municipales y los grandes centros de acopio con el propósito de mejorar las condiciones de vida de quienes habitan la Colombia rural. Ofrecer beneficios como menor tiempo de desplazamiento hacia hospitales y colegios, mayor facilidad para transportar sus productos, menor costo de operación, entre otros, fue la apuesta del Gobierno Nacional.



